Alejandro González Iñarritu vuelve a demostrarnos su talento
narrativo como en sus anteriores producciones (Amores perros, 21 gramos) y
también como en su primera entrega apuesta a una historia coral.
Marruecos, México, Estados Unidos y Japón son
los lugares elegidos para entremezclar
situaciones, que si bien no conservan un mismo tiempo cinematográfico
están enlazadas,
en
principio por un objeto (un rifle).
En Marruecos dos adolescentes que cuidan
cabras desencadenan el problema, en
Estados Unidos,una niñera de una pareja desintegrada que viaja por Marruecos,
debe volver a su México natal por el casamiento de su hijo, en Japón una joven sordomuda no consigue relacionarse
con muchachos a causa de su problema, además el vínculo con su padre es conflictivo, luego del
suicidio de su madre.
Con estos elementos González Iñarritu compone
una historia relacionada más allá de la distancia, de la diferencia de paisajes
, culturas y conflictos de los personajes.
De esta manera el mundo globalizado y seudo
comunicado se transforma en una nueva Babel, donde ni siquiera los seres más cercanos consiguen corresponderse ,aún en las pequeñas cosas,
donde los diálogos se convierten en monólogos sin respuestas y donde los actos
efectuados en lugares tan diversos tienen consecuencias adversas.
La Película llama a la reflexión profunda,
acerca de la fraternidad universal , pero también la otra , la de todos los
días , la cercana y cotidiana.
El director tiene una gran habilidad para
conseguir climas y atrapar al espectador, en un suspenso dosificado , que
asciende hasta lo imprevisto, para ello se vale de excelentes actores estelares
y de reparto , de una fotografía extremadamente cruda y una ambientación
musical del argentino Gustavo Santaolalla que sugiere más que subraya.
Es una buena oportunidad, a través del film
para hablar de temas concretos y cercanos
y también de un mundo, que como en el Babel bíblico, se confunde para
caer cada vez más en un individualismo perverso.
Temas para debatir: se pueden enfocar los
personajes, pero también es importante hablar de las consecuencias de nuestros
actos, todo error cometido deriva en un daño hecho a la sociedad entera.
Guillermo
Russo
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