Que un director como David Lynch,
quien aportara algunas obras maestras al cine, en su corta pero fecunda filmografía ( El hombre
elefante, Terciopelo azul, Corazón salvaje, Twin Peaks), dirija “Una historia
sencilla”, no sorprende ya que muchos de los elementos que encontramos en éste
aparecían en otros films( personajes similares, situaciones, ángulos de cámara,
edición de sonido, actores que se reiteran , todo usado de manera tortuosa). Lo
que si sorprende gratamente es su visión tan cálida y querible de una
América emparentada con el mejor cine
clásico hollywoodense pero refrescada por un director para nada asociado con
ése tipo de cine.
Basándose en un hecho real, con
un guión cinematográfico de su esposa
Mary Sweeny y con la producción de Walt Disney, parecería un film por
encargo, revisando detenidamente la película o mejor dicho disfrutándola, vemos
que no lo es, en todo momento está presente la impronta de Lynch y su cine.
El film comienza mostrándonos , o mejor dicho
sugiriéndonos, a través del sonido, una
caída de Alvin Straight,un anciano de 73
años, quien vive con su hija Rose, de quien después conoceremos parte de su
historia. En forma rápida nos enteramos
que está enfermo, a lo cual Alvin con cierta tozudez no hace nada para
solucionarlo,y como la vida de ambos transcurre sencillamente, graficado en la escena en que padre e hija
disfrutan de una conversación obsevando
una fuerte tormenta desde la ventana de su casa. El detonante de la historia
surge con una llamada telefónica, Lyle, el hermano de Alvin ha sufrido un
ataque al corazón y está grave, (ellos hace diez años que no se ven por una
pelea que han tenido). Alvin decide entonces sin mayores comentarios emprender
un largo y dificil viaje de 500 km. , hacia la casa de Lyle. Nada se interpone
en su camino, quiere hacerlo solo, no puede por sus bastones y transbordos efectuarlo en micro, tampoco quiere que nadie
lo lleve, no tiene licencia para conducir por su escasa vista, lo hará en su
podadora de césped, a la que adosa un carrito que oficia de improvisada casa
rodante.
En esta primera parte , en
la preparación del viaje, en la compra
de los elementos necesarios en la ferretería, es donde Lynch muestra mejor el
pueblo, entorno de Alvin con habitantes curiosos y solidarios, en una amistad
tejida a lo largo de años de respeto y
camaradería.
Después de un intento fallido, en
el que Alvin debe volver y cambiar de podadora, por una de modelo más reciente,
esto nos permite conocer a otro integrante del pueblo, el vendedor presentado
en pocos trazos, en una escena que reafirma una vez más la personalidad de
Alvin y su relación con la gente.
El viaje comienza por fin y
a través de largos paneos en picada
Lynch nos mostrará el paisaje rural: sembrados,carreteras, maquinas y graneros
en naranjas, ocres, amarillos, verdes y azules apoyado en la excelente
fotografía de Freddie Francis y en la melodiosa partitura de Angelo
Badalamante, compositor habitual de Lynch , en una de las mejores
colaboraciones director-compositor que ha dado la historia del cine.
Alvin tendrá nueve encuentros y
en cada uno conoceremos otros personajes pero sobre todo a él, cada una de
estas situaciones permitirá armar y amar a este bondadoso y fuerte anciano y
recuperar su vida.
1° Encuentro con la adolescente
embarazada, que se acerca casi sin simpatía por Alvin, más por necesidad,
obtiene comida y compañía y a la luz de la fogata recibe consejo para su
regreso al hogar, en pocas palabras es mostrado todo lo bueno que conforma
tener una familia, al mismo tiempo por imágenes paralelas que parten del fuego
de la fogata, Alvin reconstruye la historia de su hija Rose, la pérdida de sus
hijos por un incendio y su permanente tristeza.
2° Encuentro con los ciclistas de
una competencia, son todos jóvenes, pasan a su lado sin saludar, con ellos
hablará sobre el dolor de la ancianidad y de la pérdida de la juventud.
El tercer encuentro es casi
grotesco, primero el choque que se presenta a través del ruido y la cara de
Alvin en tres primeros planos fragmentados y luego la mujer que debe hacer
todos los día 60 km., para trabajar y que tropieza permanentemente con un
venado, la mujer habla llora y no escucha demasiado ensimismada en su cosas,
cuando termina su monólogo se retira.
Mientras entre cada situación seguimos
viendo el paisaje, la ruta señalizada y la cara de Alvin surcada de arrugas y
sudor, fumando o arreglándose su sombrero, también el cielo estrellado que
desde los títulos acompaña a la historia.
El cuarto encuentro, a raíz de un
desperfecto en los frenos de su ´podadora en una empinada cuesta abajo,Alvin es
socorrido por una familia que asiste al incendio de un viejo granero (elementos
constantes en films de Lynch)
Aquí es donde vemos con mayor
claridad , la empresa de Alvin, es su cruzada personal, por eso acepta la ayuda
de la familia quedándose a vivir en su jardín, pero no deja que el hombre lo
lleve en su coche,, tiene que hacerlo él y como pueda.
En este contexto se producen dos
encuentros, con el anciano en el bar, invitado con una cerveza, Alvin prefiere leche. “ porqué ya he tomado
demasiado alcohol” y los dos se desahogan de los dramas vividos en la guerra,
asistimos a su confidencia : Alvin ha
matado a un compañero confundiéndolo con un alemán, en una rápida elipsis
comprendemos su relación con el alcohol al terminar la guerra.El segundo es con
los hermanos gemelos, quienes pretenden cobrarle de más por el arreglo de la
podadora, Alvin no sólo se defiende del sobreprecio sino que expresa por
primera vez que no ve a su hermano desde hace diez años, habla ante los gemelos
que no cesan de discutir de la importancia de tener un hermano y subraya “nadie
te conoce más que un hermano, un hermano es un hermano”. La despedida de esta
familia concretamente del jefe de la
misma, es uno de los momentos más tiernos y hermosos del film.
Encuentro con el sacerdote en el
jardín de la Iglesia, el párroco se
acerca con comida que Alvin
rechaza amablemente por que ya ha cenado, en cambio le pide que se
siente y lo escuche, y en esta charla que oficia casi como una confesión es
donde termina de armarse la historia, habla de su niñez y juventud con su
hermano cuando se acostaban sobre el cesped para mirar las estrellas, de ésa
manera inventaban lugares adonde ir y de una “historia vieja como la Biblia” (
¿Caín y Abel?) los hermanos se han
peleado hace diez años, Alvin ante la inminencia de la muerte de ambos quiere
recuperar lo perdido, pasar juntos todo el tiempo que le quedea alguno de los
dos.La secuencia se cierra en un plano
general de los dos hombres junto al fuego con el fondo del cielo estrellado, en
completa paz.
Los otros encuentros son más
cortos. En un bar pide una cerveza y sólo cuando el cantinero le ofrece otra se
niega, lo que parece una reconciliación con el tema del alcohol, y pregunta la
dirección de su hermano.Después cuando la podadora no puede avanzar más recibe
la ayuda de un hombre con un tractor que
lo deja casi en la casa de Lyle.
Sólo queda el anhelado
momento, pocas palabras, miradas humedecidas, Lyle observa el extraño
vehículo en el que su hermano viajó y no puede emitir más que un sollozo.. Lynch
narra un cuento con seres
sencillos y solidarios, con aciertos y equivocaciones, con realidades
aceptadas, rechazadas y cambiadas, sin glamour ni efectos especiales, pero que
termina apretando el corazón. Gran interpretación de todo el elenco en donde se
destaca Richard Farnsworth, quien a los
79 años consiguió su primer protagónico, aunque había trabajado en el cine
desde muy joven y su única nominación para el Oscar, recompensa bien merecida
para quien dedicó toda su vida al espectáculo.
El film cierra con el cielo estrellado , observado varias veces, con ese
espacio abierto que hace que nuestras penas y fracasos se sientan mucho más
pequeños. Para todo público.
Guillermo Russo
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