El título hace alusión a una
película de la década del 40 y a un número musical de “The bad wagon” de
Vincente Minnelli de 1953 protagonizado por Fred Astaire y Cyd Charise, con la
diferencia , que en este caso la protagonista es la bailarina en cuestión.
Es una película del
discutido director danés Lars Von Trier (Los idiotas, Contra viento y marea),
popularizado a través del manifiesto
“Dogma 95” , que en grandes síntesis pretende volver al cine en su forma
más pura sin ningún tipo de artilugio técnico, claro que muy pocos films pueden
hacerse con ésa estética, el mismo Von Trier, ya lo abandonó para poder incursionar en historias diferentes. Es
un film que puede ser admirado como una obra maestra o denostado como algo
pensado por un director en el colmo de su egolatría.. Nosotros trataremos de
aislar la personalidad del director para quedarnos con su obra, permaneceremos
en el medio, por momentos brillante y en otros tiene nivel desparejo. Pero de
cualquier forma recomendamos su visión.Es que no se puede ser indiferente ante
“Dancer in the dark”.
La historia parece
salida de un telenovelón, pero gracias a su concepción de puesta en escena y a
la deslumbrante interpretación de Bjork,
el director la convierte en una película sumamente polémica, para bien o
para mal. La misma comienza con una Obertura musical, no como en las grandes
superproducciones de la década del 60 a telón cerrado y con luces prendidas en
las salas. Esta obertura es a total oscuridad como un signo de lo que significa
la música en la vida de la protagonista, quien padece una enfermedad que la
dejará inexorablemente ciega, Selma Jezkova ( Bjork), inmigrantre checa en los
Estados Unidos debe juntar dinero para pagar la operación de su hijo, a una
determinada edad antes que sufra su mismo mal..
Selma trabaja
obstinadamente como una obrera en una fabrica de piletas de acero inoxidable y
paulatinamente va perdiendo su v ista, su única distracción es contemplar en el cine musicales
americanos, que su amiga Kathy ( Catherine Deneuve) le comenta ante la falta de
visión de ésta., además ensaya la puesta en escena del musical “The Sound of
Music” de Rodgers y Hammerstein para una representación local de aficionados.
No queremos contar el
argumento, que por otra parte es complicado y dificil de recorrerlo en
palabras, sobretodo donde las imágenes y la música predominan.
Selma sale de su
realidad inventando canciones que ella protagoniza y que emergen de los ruidos
que la rodean, ayudándola a sobrevivir situaciones tan adversas. En estos numeros musicales ( si bien las rarezas
coreográficas y la fotografía en color se torna más brillante produciendo un
instante fascinante) ve su realidad no edulcorada y las canciones no paralizan
la acción del film sino que lo continúan, pero no son ensueños , emergen de los sonidos naturales que la
rodean y que ella convierte en música..
En estos “musicales”
aparecen todos los coprotagonistas de su entorno en movimientos con cierto
resabio de aquellas películas de Busby Berkeley y en instantes sumamente
dramáticos.Es maravillosa por su fuerza
interpretativa la versión que hace Bjork de “Mis cosas favoritas” la canción de
“The Sound of Music”,nunca hubiéramos imaginado que ése tema
compuesto para una situación totalmente
diferente, pudiera servir para un momento tan dificil de la
narración.Podríamos clasificar la historia como un melodrama musical, pero es
complicado ya que en éste género, el público maneja mayor información que los protagonistas, en
esta película no, la forma de contarla es lineal, todo lo que vemos está desde
el punto de vista de la actriz, salvo el final, que es como un corto epílogo,
que oficia de comentario a la canción
final.
“Dancer in the dark”
deja un gran sabor amargo,casi molesta ver a una mujer tan sacrificada,juzgada
injustamente, que se deja matar por guardar un secreto y por la vida de su
hijo,contemplar tanta injusticia, que
sabemos que en la realidad también existe (médicos o abogados que no ejercen su
oficio si no cobran sumas importantes de dinero), pero tambien sirve para tomar
conciencia de muchas historias reales parecidas.
La puesta en escena ,
más allá del rechazo que pueda producir en algunos, el director con su megalomanía, es excelente y nos
permite encontrarnos con otras sufridas y abnegadas heroínas del films anterioes
y que hacen de Von Trier un gran conocedor de la sicología femenina y por ende
un sutil director de actrices.
Todos los personajes
que rodean a Selma son dignos del debate y la discusión, sus actitudes
aprobadas o desaprobadas, valores como
la amistad,solidaridad contrapuestos a la mentira , traición o ingratitud no
nos dejan indiferentes.Hay múltiples
rarezas, en una historia tan negra , la contradicción de cantar “The Sound of
Music” ,hace referencia a la América en la que la protagonista busca refugio y
soluciones que no encuentra,graficado brillantemente en el tema “Ya lo he visto todo”, nominado justamente para el
Oscar de este año , a la mejor canción.
Es una película dura,
pero vale la pena verla y pasar a formar parte de sus admiradores o detractores.-
Para adultos.
Guillermo Russo
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