Ricardo Darín ha
sido una presencia en el mundo del espectáculo, que siempre despertó simpatía,
desde sus primeros trabajos como galancito, hasta la madurez de los últimos
años, se ha convertido en una presencia repetada y prestigiosa en numerosos
trabajos.
Su imagen en el
cine creció a través de películas como “Nueve Reinas” , “El Hijo de la Novia,
“Luna de Avellaneda” , que además de ser recomendada por los críticos ,
tuvieron una excelente respuesta de público.
Así su figura, sin
ser un llamado “actor de clásicos”, es requerida para importantes proyectos.
Eduardo Mignogna
con quien trabajó en “La fuga”, había imaginado para él un personaje de su
novela “ La señal” que estaba dispuesto a filmar cuando lo sorprendió la
muerte.
Es cuando Darín en
colaboración con un ayudente de Mignogna, Martín Hodara, deciden hacerse cargo
del proyecto y llevar adelante la filmación como un homenaje al director
fallecido.
“La señal”
transcurre en 1952, en los últimos días de la vida de Evita Perón, y cuenta la mediocridad
de dos detectives privados, que realizan trabajos sin mayor trascendencia, lo cual repercute
negativamente en sus vidas. Uno de ellos Darín sin filiación política aparente,
el otro Diego Peretti admirador acérrimo del peronismo y en especial de Evita,
en las discusiones y comentarios sobre este tema y sus enfrentamientos, la
película adquiere momentos de frescura y distensión.
En la historia
irrumpe el personaje de Gloria (Julieta
Díaz) con sugestión,erotismoy con una ambigüedad que despierta curiosidad
primero y después seducción en segunda instancia, en el Pibe Corvalán (Darín).
La historia se desarrolla entre el policial, el homenaje al “film negro” y la
comedia de costumbres, en una serie de relaciones y sucesos que enriquecen el
relato y le dan un acertado ritmo de narración
del cual jamás sucumbe.
Además de
encontrar el excelente telón de fondo de la época, el film boceta personajes
que sólo serán deliniados en el final. Ricardo Darín como un ser que se sabe gris, y que a través
de Gloria encuentra una veta para encontrar otra existencia, vuelve a poner su
máscara del hombre medio argentino, agobiado por el entorno. Santana (Diego
Peretti) su socio que se conforma y no pide más que lo que hay, es un atrayente
contrapunto. En medio de los dos Gloria (Julieta Díaz) en un trabajo distinto
debe desplegar diversos matices, sin dar pistas falsas para no desenvolver
totalmente su rol.
Cómo ver nuestra
vida, como vivir desde nuestro ángulo, sin entrar en circunstancias
extraordinarias, cómo llevar nuestro destino al extremo, son algunas de las
preguntas de plantea la película, y que
no quiero entrar en detalles para no desencantar su visión.
Hay que sumar la
excelente dirección artística de Margarita Jusid en una ambientación de Buenos
Aires 1952, que despierta admiración : calles , vehículos, extras todo sin la más mínima equivocación , También
destacamos el trabajo de Beatriz De Benedetto como vestuarista y la música de
Andrés Goldstein y Daniel Tarrab, con alguna ligera influencia de la que
hiciera Bernan Herrmann para “Vertigo “ de Alfred Hitchcok.
Para discutir en
grupos de adultos
Guillermo Russo
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