Un film de Alejandro Doria
Hace quince años que Alejandro Doria no
filmaba, desde “Cien veces no debo” y tras regalarnos ése fenómeno de grotesco,
exitosísima película , vista infinidad
de veces por el público y siempre agradecida “Esperando la carroza”.
Las manos es una película extraña en la
cartelera actual, parece por su temática realizada hace varios años, aunque no
por su forma, que es impecable.
Es la historia del sacerdote Mario Pantaleo,
conocido y recordado por muchos por su don de curar a los enfermos. La película
muestra a grandes pincelazos momentos de la vida del cura sin pretender ser una
biografía exhaustiva. Desde el comienzo nos muestra la singularidad de este
personaje y sus desencuentros con la jerarquía eclesiástica.En este punto la
película trata a ambas parte con respeto, presentando los puntos de vista de
cada uno de ellos con ecuánime simetría.
El padre Mario Pantaleo tenía el don de curar
a la gente que concurría , como última esperanza , con sus manos sin siquiera
tocar a los pacientes, esto sumado a la presencia de una colaboradora, la
eficiente Perla y a ciertas libertades en su forma de conducir la pastoral,
hacían por momentos imposible su ministerio.
Vemos entonces su peregrinar por conseguir su
incardinación, la construcción desde la nada de una capilla, en un terreno
prestado y la colaboración de un sacerdote recién ordenado que oficia de
informante ante el obispo ,de la actuación de este cura tan singular.
La película
muestra a un cura por momentos desalentado, en su afán de hacerles
comprender a los demás su ministerio y el especial don regalado por Dios y que
parece no encuadrar en los esquemas de la Iglesia.
La Jerarquía, digamos Obispo, no aparece
planteada como otras veces como el verdadero demonio, sino como alguien que
debe guiar a la Iglesia por sus leyes y tratar de encauzar al cura , dentro de
un posible sistema de comprensión. Claro está que el publico tomará partido por
el sacerdote interpretado por un excelente Jorge Marrale, en su mejor trabajo para
el cine, y se identificará con su pasión
por los enfermos y por cumplir con el mandato de Dios. Jorge Marrale aporta a
su trabajo verdadera calidez, nerviosismo y el acento itálico del personaje,
esto último logrado a la perfección. Graciela Borges como Perla su inseparable
e incondicional colaboradora,acepta estar en un segundo plano, tal como lo
estuvo este personaje real, que hoy continúa con la importante obra del Padre
Pantaleo, y logra que su recreación sea querible a partir de los primeros momentos de la
película. El elenco es parejo desde el debutante Esteban Perez hasta hasta el profesionalimo de Duilio Marzio, que
sabe darle importancia y autoridad a su breve intervención. Una característica
de Alejandro Doria de siempre es la excelente puesta en escena y su dedicación
a los actores, extrayendo de éstos lo mejor. El rubro técnico (fotografía,
escenografía , vestuario) es cuidadoso , destacándose la música de Federico
Jusid, aunque por momentos subraya
demasiado la acción. Nos queda un tema de vigencia en la Iglesia,
los carismas, las instituciones y los permanentes cambios y adecuaciones que
debe hacer nuestra querida Iglesia.
Guillermo Russo
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