Como jurado de OCIC en el último Festival de
Viña del Mar (Chile) compartido con Robert
Molhant de Bélgica, Mariano Silva, Poldy Valenzuela y María Isabel Barra
de Chile concedimos por unanimidad el Gran Premio a Nueces
para el amor, del realizador argentino Alberto Lecchi .Por
mostrar con logrado lenguaje cinematográfico,la búsqueda y defensa del
verdadero amor, abriendo esperanza en un marco histórico-político-cultural
adverso. Premio con el cual coincidimos con el Gran Jurado Oficial de dicho
Festival.
Encontrarnos con Nueces para el amor, fue poder asistir a la obra hasta ahora más completa del
director Alberto Lecchi ( Perdido por perdido, Con el dedo en la llaga,
Secretos compartidos, Operación Fangio, Apariencias) autor de varios thrillers,
género en el cual demuestra
predilección y capacidad para narrar.
Nueces... es algo distinto, es su película más personal, quizás la que se
debía a sí mismo y al público y en la cual aparece subliminalmente la
influencia de Fernando Ayala, del cual
Lecchi fue asistente de dirección durante muchos años.
La historia comienza en 1975, a la salida del
último concierto de Sui Géneris (un importante grupo rockero argentino que se
despedía de su público en dicho recital), allí se conocen Alicia de 20 años,
estudiante de Asistencia Social, comprometida con la realidad a través de
diversas tareas y militancia política, algo común en la Argentina de aquellos
años y Marcelo de l7 años quien está terminando la escuela secundaria, con
mucho de adolescente , sin grandes
preocupaciones ,su vida se desarrolla
entre amigos y diversiones. Entre ellos nacerá el amor, a pesar de ser
diferentes se complementan. Marcelo, a pesar del primer rechazo, trata de
conquistar a Alicia, en una de las secuencias mejor logradas de la primera
parte de la película, conociéndola, colocándose en su lugar, compartiendo sus
actividades y gustos en lecturas y cine. Alicia a su vez se deslumbra con su
frescura romántica. Pero el tiempo,los acontecimientos políticos del país,
compromisos contraídos , indecisión , cobardía o inmadurez los separan, no
obstante y con el paso de los años se volverán a reencontrar con historias
hechas cada uno pero sin la felicidad del verdadero amor y la realización
personal postergada frente a la realidad existente que condiciona sus vidas.
En el
relato pasan 25 años, la película puede
estructurarse en cuatro partes correspondientes a los cuatro encuentros y desencuentros de la pareja y como telón de
fondo, pero como una gran escenario : el país con todo lo que pudimos asistir
quienes vivimos en él, dictadura y
represión militar, vuelta a la democracia, nuevas decepciones, sin embargo este
entorno no adquiere gran protagonismo,está para ubicar al espectador , pero sin
distraerlo de lo principal, la historia de amor que no termina de desarrollarse
y las frustración de sueños y espereranzas de los argentinos de este último
cuarto de siglo .
Para lo cual el film se sostiene con excelentes interpretaciones de Ariadna
Gil (ganadora del premio a la mejor actriz principal del Gran Jurado),una
Alicia plena de matices, quien con contención y sobriedad y trabajando
sobretrodo con miradas y gestos trasmite la
resignación y tristeza de su personaje en la segunda parte de la
película,a su lado Gastón Pauls logra
también con mesura mostrar al Marcelo enamorado, que ha logrado
“instalarse” económicamente, pero que no es feliz. Malena Solda en su
doble rol de Alicia joven y Cecilia, su
hija, presenta la rebeldía y la desesperanza de muchos jóvenes que no
encuentran salida en nuestro país y les queda el sueño de emigrar, realizando
la transición necesaria entre ambos personajes. En el trabajo de los actores se
nota el buen desempeño de Lecchi en el
manejo de actores.
Nueces
para el amor transcurre
serena, pero con ritmo,los protagonistas tienen momentos en que hablan con el
público, como confidentes, mientras fotos fijas ilustran la historia del país. El sólido guión y el
trabajo de fotografía de Hugo Colace, quien decolora las imágenes hasta llegar al blanco y negro manifestando
el estado interior de los protagonistas
, ayudan a identificarnos con la historia y la película .
Sin contar el final, que seguro será discutido
por algunos, sólo diremos que es esperanzador, Marcelo dejará con dolor a su familia para reunirse
con Alicia, quien ha entrado en un pozo depresivo, es que ésa historia se debe realizar y por el amor verdadero hay
que luchar. Alguien dijo que no se puede ser feliz con el dolor de los demás,
yo revertiría la frase, ¿ se puede
ser feliz acaso con la tristeza de los
seres queridos?. Un amor que no se
realiza frustra a las personas y también a su entorno, por la falta de valentía
y los errores cometidos , lamentablemente alguien debe sufrir.
El film apuesta a la ilusión de Alicia y
Marcelo, pero también a los sueños y proyectos de crear y creer en un
nuevo porvenir de tantos que a lo
largo del tiempo han ido “ decolorando “ sus vidas.
El nivel técnico en general es óptimo. Para
jóvenes y adultos que quieran hablar no sólo de la película, sino de tantas cosas
que se han quedado o perdido en la decepción de muchos de los que integramos
nuestro país-
GUILLERMO RUSSO
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